Las bacterias presentes en la boca y sus toxinas son capaces, en ciertos casos, de atacar a los tejidos duros del diente (Esmalte y Dentina) provocando la aparición de CARIES. Éstas son cavidades originadas por la erosión y posterior destrucción del Esmalte y Dentina dentales.
Dejada a su evolución la caries provoca complicaciones como la destrucción del propio diente, infecciones locales, flemones, abscesos, osteítis localizadas… Todo ello nos obliga a proceder a la extracción de la pieza dental afectada.
Con el fin de evitar estos problemas, debemos realizar el tratamiento de la caries lo antes posible mediante EMPASTES. Lo que en odontología llamamos Restauración anatómica, que requiere de un protocolo reglado, una técnica rigurosa y de materiales específicos.
Materiales
1º AMALGAMA de Plata. Es una mezcla de diferentes metales, con predominio de la plata y del mercurio. Usado con éxito durante los últimos cincuenta años, son empastes predecibles y duraderos, pero se ha comprobado que provocan tinciones en los dientes y con el paso del tiempo sufren corrosión y oxidación, por lo cual van siendo reemplazadas por materiales más actuales.
2º Resinas Compuestas o COMPOSITES. Empastes Blancos. Son una mezcla de una matriz orgánica (resina Bis-GMA) y un relleno inorgánico (Mineral de cuarzo y dióxido de sílice) con aceleradores sensibles a la luz ultravioleta.
Son las restauraciones que realizamos a diario en clínica, van adheridas químicamente al tejido dental sano, son del color dental elegido, y podemos conformar la anatomía dental con mayor precisión de detalles.
Tienen un precio ligeramente superior y son necesarios retoques periódicos para añadir material debido a su mayor desgaste.
3º INLAYS CERAMICOS. Son piezas de cerámica prefabricadas o hechas a medida, las cuales colocamos en una cavidad previamente preparada. Van adheridas al diente, son muy estéticas y de gran duración y no requieren retoques periódicos, en cambio su coste es mayor.